periamigdalino

¿Sabes que es un Absceso Periamigdalino?

¿Cómo se diagnostican los abscesos periamigdalinos?
Llama a tu médico si tienes dolor de garganta y fiebre, o cualquiera de los demás síntomas que se pueden deber a un absceso periamigdalino. Aunque es muy raro que un absceso periamigdalino te impida respirar, si lo hiciera, deberías acudir a un servicio de urgencias de inmediato.
El médico te examinará la boca, la garganta y el cuello. También te puede pedir un cultivo de garganta (o de exudado faríngeo) y un análisis de sangre. En contadas ocasiones, lo médicos piden una tomografía computada (TC) o un ultrasonido.
 
¿Cómo se tratan los abscesos periamigdalinos?
El tratamiento habitual de un absceso periamigdalino requiere drenar el absceso. El médico lo hace succionando el pus con una aguja (lo que se llama aspiración) o haciendo un pequeño corte en el absceso con un bisturí para que salga el pus.
Si esto no funciona, es posible que se deban extraer las amígdalas mediante un procedimiento llamado amigdalotomía. Esto ocurre sobre todo en personas que han tenido amigdalitis muchas veces o que han tenido un absceso periamigdalino previamente.
Si al paciente le resulta difícil comer o beber, es posible que le tengan que administrar líquidos por vía intravenosa para hidratarse. El médico también le recetará analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor) y antibióticos. Siempre que tomes antibióticos, finaliza el curso completo de tratamiento, incluso si te encuentras mejor pocos días después de iniciar el tratamiento. En caso contrario, se te reactivaría la infección.
Es posible que las personas que se sometan a una amigdalotomía deban pasar varios días en el hospital. Así, sus médicos los podrán controlar para asegurarse de que todo va según lo previsto.
 
¿Se pueden prevenir los abscesos periamigdalinos?
Puedes tomar algunas precauciones para reducir el riesgo de desarrollar un absceso en las amígdalas, como no fumar y asegurarte de mantener la boca y los dientes bien limpios.
Pero, a veces el desarrollo de un absceso periamigdalino está más allá de tu control. Si crees que puedes haber desarrollado un absceso, llama a tu médico de inmediato. Cuanto antes te lo diagnostiquen, más fácil será su tratamiento.