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Consecuencias de la Hipertrofia de Anginas y Adenoides no tratada

 
Los trastornos respiratorios que se presentan durante el sueño en los niños incluyen un amplio grupo de enfermedades donde se incluyen la hipertrofia de anginas y adenoides, El ejemplo típico es el niño roncador, con escasa dificultad para el paso de aire por la vía aérea superior e inocuidad aparente (roncador simple), hasta el niño con manifestaciones clínicas del síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), entidad caracterizada por alteraciones ventilatorias, hipoxemia, hipercapnia, variaciones en la estructura normal del sueño con la consiguiente repercusión somática y neurocognoscitiva.
 
Para muchos autores la prevalencia actual del SAOS es imprecisa y afecta aproximadamente al 2 % de los niños, al observarse por igual en ambos sexos, es más común entre los 2 y 8 años de edad. La causa más frecuente en la infancia es la obstrucción mecánica de las vías aéreas superiores secundaria a la hiperplasia de las amígdalas palatinas y adenoides.
 
El diagnóstico precoz y tratamiento adecuado del SAOS constituye en estos momentos un reto para todo el personal médico vinculado con la atención del infante, por considerarse una enfermedad de alta prevalencia, que cruza la frontera de múltiples especialistas (pediatras, neurólogos, neumólogos, otorrinolaringólogos, psiquiatras, psicólogos, odontoestomatólogos y ortodoncistas…)
 
La evolución clínica y progresión de este trastorno no solo reduce la calidad del sueño y altera el comportamiento diurno del niño, sino que compromete de forma sistémica al organismo, al desencadenar complicaciones a corto y largo plazo. Las alteraciones del desarrollo maxilofacial y de la oclusión ocupan un lugar especial dentro de estas expresiones, y se comporta como causa y efecto del fenómeno.
 
En la actualidad se sabe que un problema ventilatorio durante la infancia mal manejado puede traer como consecuencias alteraciones en desarrollo de la cara, especialmente en el tercio inferior con hipodesarrollo del mismo, generando mentones poco desarrollados y que alteran la armonía facial. Generalmente hay un alargamiento de la cara por las fuerzas mecánicas musculares que operan en un paciente que respira mal, con formación de paladares alto y ojivales y esto en combinación con las alteraciones de la mandíbula, a su vez dan por resultado problemas de maloclusion y mal posicionamiento dental. Desafortunadamente no todos los especialistas están al tanto de estas alteraciones y permiten entre otras cosas, la falta de manejo medico-quirúrgico apropiado, o viceversa, inician manejo ortognático a sabiendas de que no se podrán corregir al 100% hasta que el paciente no respire de forma correcta.