Aprender a oír y escuchar
Para lograr entender mejor la pérdida auditiva, es importante comprender cómo aprende a oír y escuchar un niño, además de conocer los indicadores de comunicación para su edad.
Tras el nacimiento, la audición de un recién nacido es similar a la de los adultos, pero los bebés deben aprender a utilizar su audición para cimentar su capacidad de comunicación. Necesitan oír de forma repetida los sonidos de su idioma para que puedan asociar estos sonidos con palabras. Aprenden a oír para entrar en contacto con el mundo mediante la asociación de los sonidos con las cosas, ya sea el sonido del agua que sale del grifo a la hora del baño, o una relajante nana cuando hay que dormirse.
Localización del sonido
Una de las capacidades auditivas más precoces y sencillas de observar en su bebé es la localización: la habilidad de ubicar la fuente de un sonido. Debido a que oímos a través de los dos oídos (de forma biauricular), podemos localizar los sonidos con gran precisión.
Cómo observar la capacidad de su hijo para la localización de los sonidos
En general, los recién nacidos se moverán o abrirán los ojos cuando escuchen un sonido intenso. Esto se conoce como el “reflejo de sobresalto” y lo provocan muchos sonidos intensos. Cuando su hijo tenga cinco o seis meses, podrá observar mejor una auténtica respuesta de localización haciendo sonidos suaves por detrás o por los lados del bebé mientras este mira de frente. Un suave ruido con el sonajero o un susurro deberían provocar que el bebé gire la cabeza hacia el sonido. Es muy importante ver lo bien que el bebé responde a sonidos suaves (como el sonido del habla “s”).
Los indicadores del desarrollo del habla y del lenguaje
- Con 9 meses. Muestra la comprensión verbal de palabras sencillas como “mamá”, “papá”, “no”, “adiós”.
- Con 10 meses. El balbuceo debe sonar parecido al habla, con sílabas independientes encadenadas (“da-da-dada”). Las primeras palabras reconocibles se pronuncian en este momento.
- Con 1 año. Pronuncia una o más palabras.
- Con 18 meses. Comprende frases sencillas, recoge objetos familiares bajo petición (sin gestos) y señala partes del cuerpo. Asimismo, dispone de un vocabulario oral de entre 20 y 50 palabras y utiliza frases cortas (“no más”, “a calle”, “mamá coge”).
- Con 24 meses. Tiene un vocabulario oral de 150 palabras, como mínimo, y aparecen las primeras frases sencillas de dos palabras. La mayor parte de la conversación debería ser comprensible para los adultos que no están con el niño a diario.
- De los 3 a 5 años. Usa el lenguaje hablado de forma constante para expresar deseos, emociones, transmitir información y realizar preguntas. Un preescolar debería entender casi todo lo que se le dice. El vocabulario hablado pasa de 1000 a 2000 palabras, que se enlazan en frases complejas y con sentido. Todos los sonidos del habla deben ser claros y comprensibles al final del periodo de desarrollo.
Si observa un retraso de aproximadamente tres meses en su hijo a la hora de alcanzar los indicadores de desarrollo mencionados anteriormente, le recomendamos que lo lleve con un audiólogo para que examine su audición.