¡La rinitis no es solo inflamación de las cavidades nasales, la nariz puede indicarnos un gran numero de enfermedades!
Si bien un gran porcentaje de estas afecciones son inespecíficas, existe un grupo importante de alteraciones nasales atribuibles a causas especificas:
Rinitis infecciosas: pueden ser virales o bacterianas. Las rinitis infecciosas agudas son frecuentemente debidas a infecciones virales. Las bacterianas presentan rinorrea purulenta, dolor facial y presión, y descarga postnasal con tos, todo lo que implica la presencia de una sinusitis.
Rinitis alérgica: Es una reacción inmunológica a nivel de la mucosa nasal desencadenada generalmente por aeroalergenos. Clásicamente se diferenciaban en estacionales y perennes. Los alérgenos son generalmente, excluyendo las ocupacionales, inhalantes domésticos, especialmente ácaros, epitelio de animales (gatos, perros, caballos, roedores, aves, etc.), esporas de hongos y pólenes.
Rinitis ocupacionales: Son desencadenadas en respuesta a un agente presente en el lugar del trabajo y pueden ser debidas a reacción alérgica o no. Pueden causarla animales de laboratorio, graneros, maderas, látex y agentes químicos entre otros.
Rinitis no alérgicas inducidas por medicamentos muy diversos: aspirina y otros AINES, reserpina, guanetidina, fentolamina, metildopa, inhibidores de la ECA, clorpromazina y contraceptivos.
El termino de rinitis medicamentosa sólo debe ser aplicado a la provocada por el uso de vasoconstrictores nasales.
La intolerancia a la aspirina se caracteriza por la presencia de eosinofilia, pólipos nasales, sinusitis y asma.
Las rinitis hormonales son debida a embarazo, menopausia o alteraciones endocrinas como hipotiroidismo o acromegalia, principalmente.
Las rinitis emocionales son desencadenadas principalmente por el estrés y la estimulación sexual.
En la rinitis atrófica se produce una atrofia progresiva de la mucosa nasal, lo que condiciona la presencia de abundantes costras, obstrucción, hiposmia y mal olor (ocena).
La rinitis vasomotora es una rinitis no alérgica persistente, con una hiperrespuesta nasal a desencadenantes no específicos, como cambios de temperatura, humedad, humo de tabaco o fuertes olores, que intensifican sus síntomas. Predomina la obstrucción y la rinorrea.