Una alergia respiratoria es el resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunitario que provoca que el organismo reaccione de manera anormal frente al contacto con los alérgenos, que son sustancias inofensivas transportadas por el aire. Los principales alérgenos respiratorios son los ácaros del polvo doméstico, el polen, el pelo de animales y el moho. Al ser inhalados pueden inducir reacciones inflamatorias en la nariz, los ojos, la garganta y los bronquios, lo que se conoce como “rinitis” y/o “asma alérgica”. La alergia respiratoria es una enfermedad que puede empeorar a lo largo del tiempo y causar complicaciones.

Existen fuertes indicios de que los virus respiratorios tienen un papel importante como inductores y desencadenantes en enfermedades con sibilancias durante los primeros años de vida, así́ como en las exacerbaciones asmáticas que tienen lugar posteriormente.

La presencia de alergias e infecciones está muy ligada entre si y es importante hacer el diagnósticos correcto ya que cuando coexisten al mismo tiempo no basta el manejo individual de cada uno de ellos y muchas veces no basta con manejar la infección, sino hay que tratar el problema alérgico que lleva mucho más que una semana de tratamiento y de no hacerlo el paciente difícilmente se recuperara.

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