Según datos de la OMS, se estima que 360 millones de personas sufren pérdida auditiva incapacitante en todo el mundo y la mitad de los casos se podrían evitar con las medidas preventivas adecuadas. Entre las causas más frecuentes de hipoacusia se encuentran: factores genéticos, complicaciones en el embarazo y parto, enfermedades infecciosas, infecciones crónicas en el oído, el uso de determinados medicamentos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento. Para proteger la audición, la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC ha elaborado un Decálogo de Cuidados del Oído.
- Usar protectores auditivos en caso de exposición continua al ruido: existen ciertos entornos laborales que exponen a los trabajadores a intensidades muy altas de ruido durante un tiempo prolongado por lo que es fundamental incidir en el uso de protectores.
- Cuidados ante el ruido: se recomienda evitar los ruidos impulsivos (petardos, disparo…), alejarse de las fuentes de ruido, disminuir el ruido que generamos y reducir el tiempo de exposición a sonidos de alta intensidad. Oír música a más de 110 decibelios puede provocar pérdida auditiva precoz. Si se tienen en cuenta los criterios establecidos por la directiva europea, lo permitido en función del tiempo y volumen sería: escuchar un reproductor musical a 95 dB durante 15 minutos al día y los sonidos de una discoteca a 104 dB durante dos minutos por noche. Se deberá limitar el tiempo de exposición a reproductores de música personales (incluidos los teléfonos móviles) a 40 horas semanales si el nivel de presión sonora es de 80 dB y a 5 horas semanales en caso de 89 dB.
- Acudir al especialista: los otorrinolaringólogos recomiendan consultar en caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción de oído, ya que pueden derivar en problemas de la audición. Por otra parte, es recomendable consultar en cuanto se note pérdida auditiva, aunque mínima. Algunos signos que deben hacer sospechar la presencia de una pérdida auditiva son la dificultad para seguir una conversación o la necesidad de subir el volumen de la televisión.
- Revisiones periódicas: Es recomendable acudir a revisión de manera periódica, al menos una vez al año, si existen factores de riesgo (antecedentes familiares, exposición a ambientes ruidosos…) y a partir de los 50 años, para realizar una prueba de audición.
- No introducir objetos o sustancias extrañas en los oídos: se deben utilizar sólo productos indicados para el oído y siempre bajo consejo médico por lo que hay que evitar el uso de aceites, soluciones salinas, gotas, agua oxigenada, bastoncillos u otros objetos, ya que éstos últimos, pueden empujar la cera hacia adentro y dañar el tímpano.
- Recomendaciones para limpieza de oído:los expertos aconsejan limpiar solo la parte más externa del oído con una toalla o gasa. Nunca introducir objetos extraños para su limpieza ni rascado. Si se necesita una limpieza frecuente se aconseja que sea realizada por un facultativo.
- No auto medicarse: es importante saber que el uso indiscriminado de medicamentos, tanto de uso local (gotas en los oídos) como por vía oral, puede ser perjudicial para los oídos, como es el caso de los antibióticos, que pueden ser tóxicos para el oído interno y además generar resistencias microbianas.
- Recomendaciones durante el baño: el agua de baños públicos, ya sea de mar, pantanos o piscinas, puede estar contaminada, es por ello que es importante para prevenir infecciones cumplir unas normas de higiene y limpieza básicas antes y durante el baño (ducha y el uso de aseos). Será el especialista, valorando cada caso de forma individual, el que recomiende el uso o el no uso de tapones durante el baño.
- Evitar los golpes: hay que prestar especial cuidado a los deportes de contacto que pueden provocar traumatismos en la zona del oído y ocasionar problemas. En caso de golpe o traumatismo directo en la zona del oído se recomienda consultar al especialista.
- Tratar de manera adecuada las otitis en los niños. En caso de sospecha de pérdida auditiva en un niño por parte de padres y profesores se recomienda acudir al especialista, ya que aun en ausencia de dolor, fiebre o secreciones en los oídos, puede existir una otitis, que de no ser tratada de forma adecuada puede volverse crónico y producir hipoacusia a medio o largo plazo.