vertigo
El vértigo es una sensación ficticia, generalmente de tipo rotatorio, de desplazamiento del cuerpo o de los objetos situados a su alrededor.

Debe diferenciarse del mareo, que consiste en una sensación de inseguridad e inestabilidad, algo parecido a la ebriedad, mientras que el vértigo provoca en el paciente una impresión de movimiento o giro, que puede ser pasajera, durar horas o incluso días. Dicho de otra forma, es una ilusión de movimiento, bien de uno mismo en el entorno, bien del entorno con respecto a uno mismo.

En mucho casos el vértigo se acompaña de nistagmo, que consiste en un movimiento involuntario y espasmódico de los ojos, que puede ser horizontal, vertical o rotatorio, y puede afectar a un solo ojo o a ambos. Es un dato clave a la hora de diferenciar el vértigo periférico del vértigo central. Ambos pueden expresarse de manera similar, aunque algunos signos como este son diferenciadores.

Causas de vértigo

Existen muchas razones por las cuales se produce el vértigo; actualmente se han descrito hasta 305 causas, entre las que se encuentran las siguientes más comunes que dan lugar bien a vértigo periférico o bien a vértigo central:

Vértigo periférico

  • Anomalías e infecciones del oído: Habitualmente es el tipo de vértigo más común, con inflamaciones del laberinto del oído interno o al nervio vestibular. Da origen a un cuadro brusco en su inicio acompañado de nauseas y vómitos que hacen difícil el tratamiento oral y requieren administración intravenosa. A veces se puede asociar a un herpes zóster de la zona auricular dando lugar a un cuadro vertiginoso junto con dolor facial (Síndrome de Ramsay Hunt).
  • Otro tipo muy frecuente es el denominado vértigo paroxístico benigno, donde existirían pequeños microcristales en el líquido del oído interno, manifestándose en determinados movimientos de la cabeza o al tumbarse. En este grupo también ha de incluirse el Síndrome de Meniere que se caracteriza por vértigo, pitidos en el oído y pérdida progresiva y fluctuante de la audición del lado afectado.
  • Existen igualmente cuadros vertiginosos que suceden después de traumatismos craneales, que pueden deberse a daños en las estructuras del laberinto, o por sangrados de dicha localización a consecuencia del golpe.
  • Algunos fármacos pueden provocar también vértigos por toxicidad directa en las estructuras del oído interno.

Vértigo central

  • En este grupo debemos destacar tumores que se localizan en la fosa posterior del encéfalo, en el cerebelo, y que alteran el sistema del equilibrio desde esta localización.
  • También aquellos acontecimientos patológicos que afecten a esta zona como los ictus cerebelosos o las hemorragias a dicho nivel. Suelen ser más frecuentes en pacientes con factores de riesgo cardiovascular y de edad avanzada.
  • Existen algunos tumores como los que se alojan en el ángulo pontocerebeloso, que aun teniendo ubicación periférica, se manifiestan con sintomatología central.
  • Es importante también recordar que un vértigo antes de los 50 años sin historia previa de los mismos, y sin patología auricular evidente, debe llevar consigo un estudio para descartar la posibilidad de una enfermedad desmielinizante como la esclerosis múltiple.

Síntomas del vértigo

El vértigo puede ser periférico o central, y cada uno de ellos tiene unos síntomas y manifestaciones específicas para identificarlo:

  • Vértigo periférico: en este caso es el sistema vestibular el que está dañado. El vértigo es muy intenso y suele cursar de forma episódica, es decir, que hay momentos en los que el paciente se encuentra bien y otros en los que no. Se acompaña de pérdida de audición en algunos casos como la enfermedad de Ménière, o de acúfeno. El nistagmo (movimiento rápido e involutario de los ojos) tiene una dirección horizontal y se ve aumentado al suprimir la fijación de la mirada. Suele acompañarse de sudoración, nauseas y vómitos. Son especialmente sensibles al ruido y a la luz.
  • Vértigo central: se asocia a lesiones que asientan en distintos niveles encefálicos. En este caso, el vértigo es mucho menos intenso, aunque continuo. No se acompaña de pérdida de audición. En este tipo de vértigo el nistagmo puede tener cualquier dirección, aunque generalmente es vertical. En los casos más graves puede asociarse a cefalea, vómitos, y tendencia al sueño (por ejemplo, en los ictus hemorrágicos). La marcha es muy complicada con una inestabilidad muy pronunciada en la mayoría de los casos. Otras funciones cerebrales pueden verse comprometidas en los casos de tumores, ictus o hemorragias.

Causas mas frecuentes de vértigo

  • Enfermedad de Ménière: Afecta al sistema vestibular. Es de origen desconocido. Comienza entre los 40 y los 50 años y afecta tanto a hombres como a mujeres. Se caracteriza fundamentalmente por episodios de vértigo, pérdida de audición y alucinaciones sonoras (conocidas como acúfenos). El vértigo suele durar minutos o unas pocas horas y se acompaña de vómitos. La pérdida de audición empeora progresivamente. Al comienzo, la enfermedad se manifiesta en un solo oído, aunque tras unos años afectará a ambos.
  • Vértigo postural paroxístico benigno (VPPB): Es una de las principales causas de vértigo en pacientes que acuden a consulta, y predomina en mujeres adultas. Se caracteriza por la presencia de episodios breves de vértigo acompañado de nistagmo. Se produce cuando la persona cambia de posición, por ello suele presentarse por la noche (al voltear la cabeza sobre la almohada) pudiendo llegar a despertar al paciente. En casi la mitad de los casos, remite de forma espontánea unos tres meses después de su inicio; sólo un pequeño grupo de personas lo padecen de forma permanente.

Diagnostico del vértigo

Para llegar a un diagnóstico de vértigo acertado, en primer lugar es necesario realizar una buena historia clínica, en la que se debe incluir la forma de inicio del cuadro, la existencia de síntomas asociados (náuseas, vómitos, hipotensión), los factores que alivian o empeoran el vértigo, así como los antecedentes familiares del paciente.

Es importante comprobar la motilidad ocular, porque cuando es anómala puede indicar que existe una disfunción del oído interno o de las conexiones nerviosas entre este y el cerebro. El nistagmo horizontal es propio del vértigo periférico, mientras que el vertical se relaciona con el vértigo central.

El examen del conducto auditivo con el otoscopio puede poner de manifiesto la presencia de algún exudado o secreción ontológica o dolor, que indicaría que es más probable que se trate de una infección que de cualquier otro problema anatómico.

Además, es preciso evaluar el reflejo vestíbulo-ocular; normalmente esto se hace girando la cabeza del paciente mientras este fija la mirada en un punto (como la nariz del médico).

La evaluación de la audición tiene como objeto ayudar a diferenciar un vértigo periférico de uno central.

Algunas maniobras clásicas, como la de Dix-Hallpike, ponen de manifiesto alteraciones propias del vértigo periférico (vértigo posicional paroxístico benigno), y que puede ser incluso terapéutica en algunas ocasiones. Consiste en girar hacia un lado la cabeza tumbando bruscamente a la persona afectada y manteniendo posteriormente la cabeza por debajo levemente del plano de la camilla. Debe ser realizada por profesionales para evitar complicaciones.

Realizar pruebas de imagen como radiografías, resonancia y TAC sirve para descartar algunos problemas mayores como un tumor del nervio vestibular, o bien un traumatismo o fractura importante.

Si el vértigo se acompaña de otros síntomas como cefaleas, visión doble, falta de coordinación en los movimientos, debilidad en las extremidades y lenguaje ininteligible, puede ser indicio de la existencia de un trastorno neurológico cerebral.