Otitis-externa-Oido-del-nadador

La otitis externa, comúnmente conocida con el nombre “otitis del nadador”, es una infección del canal auditivo externo, que va desde la orja hasta el tímpano. La pueden causar varios tipos de bacterias y algunos hongos.

 

La infección por lo general ocurre en los niños, aunque puede presentarse en cualquier edad, y que tiene como antecedente que pasan mucho tiempo en el agua (albercas, mar, etc).

 

En este caso, el exceso de humedad en el oído puede irritar la piel del conducto, abriendo la piel del canal y permitiendo la entrada de bacterias u hongos. Por esta razón la otitis del nadador ocurre por lo general durante el verano, cuando las personas nadan.

 

Pero no tienes que nadar para sufrir de una otitis del nadador. Cualquier cosa que produzca una lesión de la piel en el canal auditivo puede producir una infección. La piel seca, o una eczema, rascarse el canal auditivo, limpiarse el oído de manera vigorosa con palillos con punta de algodón, o colocarse objetos como ganchillos en el oído pueden aumentar el riesgo de desarrollar una otitis externa.

 

El síntoma principal de la otitis externa es el dolor de oído, el cual puede ser sumamente intensa y empeorar cuando se tira de la parte externa del oído o se hace presión sobre éste. Masticar puede resultar doloroso para ciertas personas.

 

Otra molestia muy frecuente es la sensación de tener el oido “tapado”, y es posible que el oído externo se ponga rojo o se hinche y que los ganglios alrededor del oído aumenten su tamaño y duelan.

 

En ocasiones hay un poco de supuración del oído. Posiblemente esta supuración sea de un color claro al principio, pero después se torne más opaco y amarillento como el pus. Cuando además hay rastros de sangre hay que considerar la posibilidad de ruptura del timpano por la misma infección.

 

El tratamiento puede incluir antibióticos orales y/o sistémicos y antinflamatorios para disminuir el dolor y la inflamación